LA suertuda Kali

Todo empezó con un mail de Bea, nos proponía acoger a una cachorrita que habían rescatado junto a su mamá.
Cuando dimos una respuesta fue algo tarde y ya habíaencontrado una familia adoptante, pero su mamá necesitaba un hogar donde vivir.Nos ofrecimos como casa de acogida para una perrita que acababa de ser mamá y quehabía que tratarla con especial cariño ya que estaba algo enfadada con la vida.
Cuando dimos una respuesta fue algo tarde y ya habíaencontrado una familia adoptante, pero su mamá necesitaba un hogar donde vivir.Nos ofrecimos como casa de acogida para una perrita que acababa de ser mamá y quehabía que tratarla con especial cariño ya que estaba algo enfadada con la vida.
Fuimos a buscarla un 21 de Diciembre a casa de Bea, se vino con nosotros bastante contenta y se adaptó muy bien a su nuevo hogar. Necesitaba muchos cuidaditos porque había tenido cachorritos muy traviesos a los que amamantaba y la pielmuy delicada. Elegimos un nombre para ella y que mejor que Kali, la diosa protectora de las mujeres maltratadas. Aprendió muy rápido nuevos hábitos como el de bajar a la calle y comer pienso, ya que ella vivía encerrada en una habitación sin salir a la calle y comía comida casera. Y en seguida nos cogió un cariño enorme, y nosotros a ella.
El 4 de Enero se la llevaron para esterilizarla, con el fin de que estuviera listapara buscarla una familia adoptante. Pasó el post-operatorio en casa, se portómuy bien y se recuperó muy pronto. Así que cuando estaba perfectamente,quedamos una mañana con Pepa para que se la llevara a que la conocieranposibles familias adoptantes. |
A las 19h, nos llama Pepa para informarnos que ha sido imposible que ninguna familia se acercara a Kali, ella se escondió debajo de un banco y no quería saber nada de nadie, sólo temblaba y gruñía a quien se acercaba, no quería irse con nadie. Me preguntó qué hacer con Kali, si se la quedaba ella o volvíamos aquedar para que se quedara en nuestra casa, sin dudarlo un segundo dijimos“Quedamos”.
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Volvimos a quedar en el sitio en el que lo hicimos esa misma mañana pero con mucha más alegría de saber que íbamos a volver a ver a nuestra Kali y ya no se iba a ir nunca más.